¿Te han regalado un bonsái? ¿Tienes dudas sobra cómo cuidar y cultivar el bonsái? ¿Eres un experto pero te cuesta controlar las plagas en los bonsáis?
Los cuidados que se deben dar a un bonsái dependen en gran medida de la especie de árbol que tengamos, pero hay unos mínimos básicos comunes a todos ellos. Que un bonsái esté bien cuidado significa que todas sus necesidades van a estar cubiertas para que luzca perfecto. Con esta breve guía sabrás lo imprescindible para que tu árbol esté sano
En primer lugar debes saber que los bonsáis se originaron hace unos 2000 años en la China imperial y representaban paisajes agrestes a escala reducida. Sin embargo, lo que conocemos hoy como bonsái es la copia que hicieron los japoneses en el periodo Kamakura, hace unos 750 años, momento en el que empezaron a cultivar los árboles individualmente en pequeñas macetas; de ahí su nombre: bon-sai, plantado en maceta.
Ubicación de los bonsáis
Lo primero que hay que tener claro cuando empiezas a cuidar un bonsái es el lugar donde lo vas a situar.
Aunque hay cosas a tener en cuenta como la iluminación del lugar, la exposición al sol o la época del año en que nos encontremos, lo más importante para escoger un buen emplazamiento es saber a qué especie pertenece nuestro bonsái. La documentación de cada árbol nos permite conocer las diferentes especies con las que podemos trabajar y sus necesidades de cultivo.
En general, los bonsáis se trata de plantas que deben estar situadas en el exterior. Al fin y al cabo son especies arbóreas. Por ello, piensa un sitio donde esté resguardado de los vientos, con buena iluminación pero evitando el sol directo durante las horas más calurosas.
Los bonsáis que sean especies tropicales o no crezcan en nuestras latitudes sí que deben estar en lugares con temperatura constante. Ubícalos dentro de la casa en un lugar con buena luz difusa y sin excesivo calor evitando los radiadores.
Como regla general, nuestras plantas deben situarse a pleno sol en la primera mitad del día y en una localización que se encuentre a resguardo del viento.

El riego del bonsái
El riego es fundamental: con él se disuelven los elementos que hay en el sustrato y de este modo, la planta los puede absorber. Lo principal es estar atentos al follaje del árbol y a la humedad de la tierra.
Riega tu bonsái con agua de lluvia cuando la tierra se encuentre ligeramente seca, si aún está algo húmeda espera un tiempo. Es mejor así, ya que las raíces son muy sensibles al encharcamiento y pueden pudrirse por falta de oxigenación. Ten en cuenta que el exceso o el defecto de agua produce desordenes o enfermedades en las plantas.
Por ello, nunca riegues tus árboles rutinariamente. Usa tus dedos para detectar el grado de humedad en la superficie del sustrato. Con un poco de experiencia serás capaz de notarlo con una simple ojeada.
Cómo regar un bonsái
Lo ideal es utilizar una regadera que tenga agujeros finos o con una lanza de riego lo más larga posible. Riega hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje y mojando las hojas. Hazlo en dos tiempos para asegurarte que la tierra se empapa completamente y comprueba que la temperatura del agua sea lo más cercana a la temperatura ambiente procurando regar con agua de calidad, libre de cloro y de cal.
En invierno trata de regar en las horas centrales del día, cuando hace algo más de calor, así evitarás que el agua que sobre se congele en el recipiente. Sin embargo, durante el verano, riega por la mañana o por la tarde cuando ya ha caído el sol, así prevendrás el contraste térmico en las raíces que puedan perjudicarlas.

Plagas más habituales de los bonsáis
1 Pulgones
Se trata de bichos muy pequeños que pueden ser de varios tipos: pulgones verdes, negros, naranjas, marrones, aunque los más comunes son los verdes. Son pequeños insectos chupadores que atacan a los brotes nuevos de las plantas.
Lo normal es que la plaga de pulgones comience al principio de la primavera hasta que empieza el frio del otoño. Se reproducen muy rápidamente y en poco tiempo forman colonias muy grandes en los brotes más nuevos.
Su modo de alimentarse es a través de la sabia, impidiendo el desarrollo normal de la planta. En ocasiones su saliva produce el enrollamiento y la deformación de las hojas que parasitan. Al alimentarse expulsan melaza, una sustancia muy atrayente para las hormigas que actúan como pastores, cuidando a estos pulgones.
El principal daño de los pulgones es debilitar a la planta, seguido por los daños indirectos. El primero de los daños indirectos se produce al expulsar la melaza donde se desarrolla un hongo negro denominado fumagina que ataca las hojas, disminuyendo la fotosíntesis y debilitando la planta. El segundo daño y el más grave es la transmisión de virus, los pulgones viajan de unas plantas a otras por lo que puede infectar nuestras plantas.
La solución a los pulgones es tratar en preventivo si se sabe que la planta es proclive a esta plaga o en el momento en que aparezcan los primeros individuos para que la plaga no sea un problema. Aplica HTpro White, un bio-protector vivo basado en el humus de lombriz que contiene un conjunto de microorganismos que refuerzan las defensas de la planta y termina por reducir la incidencia de la plaga.
2 Araña roja
Se observan como pequeños puntitos rojizos en el envés de las hojas, que en realidad son ácaros. Aparecen en veranos calurosos y secos, cuando la humedad ambiental es muy baja y mueren al llegar el invierno por las bajas temperaturas.
La humedad alta o el contacto con el agua impiden su desarrollo, y la puesta de huevos permanece durante todo el invierno eclosionando en la siguiente temporada.
En los primeros estadios de la plaga, los ácaros se sitúan en el envés de las hojas donde puede haber más o menos cantidad. A medida que la plaga se va desarrollando y va adquiriendo tamaño, forman telas de araña que también se sitúan en el envés, creando un microclima resultante de la retención de humedad producida por la transpiración de la planta. Este microclima le permite sobrevivir y desarrollarse en condiciones extremas.
Esta telaraña disminuye la efectividad de los tratamientos, por ello debemos evitar los estadios avanzados de la plaga.
Los síntomas son fáciles de identificar: genera unos puntos en las hojas de color amarillo, reconocibles simple vista. A medida que la plaga avanza la hoja se va tornando totalmente amarilla, produce la muerte de la hoja y la planta puede quedar defoliada entera. A veces pude afectar a los brotes produciendo que estos dejen de crecer o se deformen.
Solución a la araña roja. En Nostoc tenemos el producto HTpro INDIGO, un bio-protector creado específicamente para las plagas causadas por diferentes especies de ácaros. Si la plaga es muy potente puedes utilizar también el HTpro SILVER, y ambos juntos producen una sinergia que favorece la eliminación de la plaga. Además intenta aumentar la humedad ambiental.
3 Trips
Los trips son pequeños insectos de color negro de entre 1 y 2 milímetros que se ven a simple vista. Como la mayoría de los insectos chupadores se encuentran en el envés de las hojas que es la zona más permeable y que es más fácil para parasitar.
Las larvas y los adultos se alimentan de la savia, y los síntomas, que se pueden apreciar a simple vista, son manchas blanquecinas en las hojas con un aspecto típico plateado y rodeado de motas negras que son los excrementos. También se pueden alimentar de flores y frutos; en el caso de las flores si el ataque es muy fuerte pueden no llegar a abrirse o a veces los pétalos tienen un aspecto encrespado. En ocasiones las hojas atacadas se deforman y pueden llegar a caer.
¿Cómo combatir los trips? La aparición de los trips puede estar asociada a una debilidad de la planta. Para combatir esta plaga se aplica HTpro WHITE un bioprotector que refuerza las defensas de la planta. Aplícalo mojando el haz y el envés de la planta para que sea totalmente efectivo.
4 Cochinilla
Las cochinillas son pequeños insectos que parecen pequeñas lapas que se definen por tener escudo protector. Pueden ser de distintos colores y aspectos pero las características comunes son que tienen un movimiento reducido y se alimentan de la savia de las plantas.
Se pueden encontrar en los nervios más grandes de las hojas o en los tallos o ramas. Parte de la savia la excretan en forma de melaza y esto atrae a las hormigas. En ocasiones esta melaza si se queda en las hojas es el lugar ideal para que se establezca el hongo fumagina que afecta a la fotosíntesis de la planta.
Las cochinillas pueden tener más de una generación durante el año dependiendo del clima de nuestra zona.
Los insecticidas no son muy eficaces para este tipo de plaga debido a su caparazón, por lo que en Nostoc os proponemos otro sistema. El empleo de un bio-protector, HTpro WHITE, que además de reforzar las defensas naturales, ayuda a controlar la plaga añadiendo microorganismos que provocan la muerte de la plaga.
Abonando los bonsáis
El bonsái, como todas las plantas de maceta, tiene un espacio limitado donde desarrollarse, por lo que los nutrientes de los que dispone son muy limitados y la salud de nuestra planta queda comprometida.
Para ello deberíamos pensar que el fundamento de la nutrición del bonsái debe estar basado en lo que ofrece el medio natural. El humus líquido, cuya base es el humus de lombriz, aporta todos los beneficios de este: crea una comunidad de microorganismos en el suelo que ayudan a la nutrición de una manera natural, promueve la sanidad en el suelo al evitar que patógenos se puedan desarrollar y afectar a las raíces de la planta y ayuda a mantener unos niveles adecuados de nutrientes para evitar los desequilibrios. Como el recipiente del bonsái tiene un tamaño definido, al aportar los nutrientes en una forma líquida, es la forma más fácil de abonar nuestro bonsái.
Al usar Humus líquido estás aportando ácidos húmicos y fúlvicos que mejoran la estructura del suelo, en definitiva, le estás aportando materia orgánica.
Para que tu árbol tenga una nutrición completa utiliza el Pack Jardín Bonito que incluye:
- Humus líquido para crear la microvida beneficiosa de base.
- Bio-NPK que facilita todos los macro y micronutrientes que la planta
necesita, consiguiendo un buen crecimiento. - Greenfol para asegurarte de que el suministro de calcio es el correcto,
evitando malformaciones en las hojas.
Cómo podar un bonsái
La poda es la acción que hará que tu árbol consiga la forma adecuada al estilo de bonsái que tengas en mente. En general debe hacerse en el momento de inactividad del árbol, desde la caída de la hoja hasta antes de la brotación, pero lo más recomendable es llevarlo a cabo en los últimos momentos del invierno.
El corte de las ramas debe ser inclinado y mirando hacia arriba para favorecer la cicatrización y evitando que sea perpendicular a la rama. Debe ser un corte limpio, para realizarlo bien utiliza unas tijeras o unas tenazas según el grosor.

Pinzar
El pinzado es indispensable para mantener la forma del bonsái. Es muy simple, corta los crecimientos longitudinales del año que rompen el perfil del follaje de la copa del árbol y utiliza unas tijeras bien afiladas. Procura hacerlo siempre que puedas porque es muy importante, incide en las partes exteriores de las ramas y la parte superior del árbol. Con esta acción promoverás que el árbol distribuya su fuerza creciendo más uniformemente y notarás que el follaje es mucho más denso.
Dependiendo de la especie y el vigor del bonsái que tengas deberás pinzar con más o menos frecuencia, la observación aquí es fundamental.
Fuente: Nostoc